Thanks for the memories!

Mi mejor amigo en la oficina se cambia de empresa

Cómo superar que un compañero con el que me llevo muy bien se cambie de trabajo

Jorge Cáster
De 9 a 5
Published in
3 min readFeb 2, 2021

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Esto es algo que me ha pasado un par de veces:

Llego a un puesto de trabajo nuevo, conozco gente nueva y, de repente, hay alguien con quien conecto.

No me refiero a una relación sentimental romántica, sino a todas esas veces que sentimos que encajamos con otra persona y nos lo pasamos bien. Todo es divertido. Estamos de buen humor.

El día a día en la oficina se hace mucho más ameno cuando tenemos un cómplice, alguien que piensa como nosotros, con el que creamos bromas internas o con la que podemos hablar de cualquier cosa.

Con la gente que conocemos en el trabajo creamos relaciones y las relaciones, a veces, se terminan. Bueno, siempre terminan de una forma u otra, desgraciadamente.

Esta ruptura no siempre es un cambio de empresa. Puede ser un cambio de proyecto, de cliente, de edificio, de ciudad,… pero es una separación al fin y al cabo.

A veces serás tú quien se va y la emoción de empezar algo nuevo en otro sitio no te hará darte cuenta de que sufren más los que se quedan. Pero cuando alguien que te cae bien se cambia de trabajo es normal estar un poco triste.

Seguiremos en contacto. Prometido.

Todo un clásico.

WhatsApp, slack, llamadas de teléfono,… Al principio, seguiremos hablando cada día, como hacíamos cuando trabajábamos juntos. De la empresa, de los jefes, de los compañeros.

Nos esforzaremos en reunir al grupo de siempre para comer una vez al mes. Y para tomar cañas. Y salir de fiesta como en la cena de Navidad.

Obviamente no será lo mismo y puede que lleguemos a sentir que las conversaciones son algo forzadas.

Para mí, si solo hablas con alguien del trabajo de lo que pasa en la empresa, de compañeros o de injusticias en la oficina, cuando ya no trabajéis juntos no encontraréis temas para mantener el contacto. Lo que os une es la empresa.

Si por el contrario habláis de cosas de fuera de la oficina, como sus aficiones, tus aficiones, objetivos personales y familiares, música, viajes, cine, series,… entonces podréis tener una conversación en cualquier momento.

Con el paso del tiempo…

Podemos seguir hablando con antiguos compañeros de trabajo o perder el contacto por completo.

Y las dos situaciones están bien.

A mí me ha pasado que al cambiar de trabajo he dejado de hablar y ver a antiguos compañeros. A pesar de haberlo pasado genial y representar una época maravillosa de mi vida, lo que nos unía era trabajar juntos.

Thanks for the memories.

Aunque ya no hablemos, nos seguimos en redes y de vez en cuando compartimos algún comentario y nos ponemos al día. Me gusta ver cómo progresan y cómo siguen haciendo lo que les gusta.

Pero también, de otra empresa distinta, seguimos todo un equipo en el viejo grupo de WhatsApp del departamento y hablamos casi a diario, aunque ya nadie trabaje allí. Seguimos quedando de vez en cuando y al juntarnos volvemos a reírnos de viejas anécdotas, de la actualidad, del sector del desarrollo informático,…

De lo ridículo que es el mundo laboral tantas veces.

A todos nos da pena dejar de trabajar con alguien que nos cae bien, pero es ley de vida. Nos toca asumir que la vida laboral es así: temporal y pasajera. Con sus épocas buenas y sus épocas para olvidar.

Si os lleváis bien y no solo habláis de la empresa, seguro que seguís en contacto y os lo seguís pasando bien. Si, por el contrario, os vais alejando y después de un tiempo ya no habláis, tampoco pasa nada. Es lo más habitual.

Mejor quedarse con los buenos ratos. No queda otra.

Y a seguir buscando la felicidad en la oficina.

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Hombre extrañado ante tanta oferta de bebidas azucaradas que no debería beber.
Photo by Victoriano Izquierdo on Unsplash

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Jorge Cáster
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Futurist & Tech Lover | Lead Front End Engineer @Mercedes-Benz